Navalacruz, un pequeño pueblo a los pies de la Sierra de Gredos, experimenta un aumento significativo de población durante el verano, al igual que muchos otros lugares en España. Aunque cuenta con 247 habitantes censados, en las festividades patronales del pasado mes de septiembre, las calles se llenaron de miles de personas, y esta multitud tuvo un impacto crucial en la vida de una persona.
Blanca Santos Martín, cardióloga en su primer año de residencia en el Hospital La Princesa de Madrid, estaba de visita en el pueblo disfrutando de unos días con amigos y familiares. Una noche, recibió una llamada urgente en su teléfono: la tía de una amiga estaba experimentando malestar y dolor en el pecho. Al llegar, Blanca identificó síntomas compatibles con un síndrome coronario agudo, conocido como infarto.
En casos de emergencia médica en Navalacruz, los residentes tienen dos opciones: llamar a una ambulancia local, que suele tardar unos 20 minutos, o solicitar una Unidad de Vigilancia Intensiva (UVI) móvil desde Ávila, con un tiempo de respuesta de casi una hora. La ambulancia local está equipada con un electrocardiógrafo, pero al llegar a la paciente, Blanca descubrió que el dispositivo no funcionaba.
Recordando las charlas del cardiólogo Miguel Ángel Cobos Gil sobre el uso del Apple Watch como dispositivo de diagnóstico, Blanca decidió probar esta alternativa. Aunque su propio Apple Watch no tenía un electrocardiógrafo, un familiar que estaba en el pueblo poseía un modelo equipado con esta función.
Es importante destacar que Apple advierte que la aplicación de electrocardiograma en el Apple Watch no está diseñada para detectar infartos, sino para realizar mediciones frecuentes que puedan proporcionar información adicional al médico. Sin embargo, Blanca tomó tres derivaciones con el reloj en diferentes partes del cuerpo, y la gráfica indicó claramente un infarto, comprometiendo la cara inferior del corazón.
Con esta información, Blanca solicitó que la ambulancia llevara a la paciente al hospital de Salamanca, a pesar de estar más lejos que el de Ávila. En Salamanca, existía la posibilidad de realizar una intervención percutánea para abrir la arteria de manera urgente. La paciente se recuperó en unos días y pudo regresar a casa.
Blanca Santos sugiere que en el futuro, dispositivos como estos podrían mejorar el diagnóstico directo de infartos mediante algoritmos más precisos basados en datos de millones de pacientes. Aunque actualmente es útil en casos específicos, interpretar el electrocardiograma sigue requiriendo conocimientos médicos. En su experiencia en el Hospital La Princesa, observa que cada vez más pacientes acuden a urgencias después de que sus relojes detecten fibrilación auricular, lo cual ha resultado beneficioso para identificar problemas de salud a tiempo.